domingo, 19 de mayo de 2013

De la bola de oro a la bicuerca

19.05.2013
Y al final tuvimos chospe







Y en el barrio estábamos todos a la hora, sí a las 8:30, bueno faltaba uno, quién será?, muy bien, Luis Armero, je, je, los demás: Carlos, Capella, Nacho y Palomares.
Comenzábamos por la senda de la bola de hora (ah, tenemos acompañante: Drogo, siempre marcándonos por el lado, aunque también cruzándose de un lado hacia otro), estábamos fríos y casi todos en alguna zona pié a tierra, sin ningún contratiempo más, zigzagueando, cruzamos la carretera que une Caudete con Fuenterrobles y dirección hacia cañabatalla, allí una voz decía: ¡parar que creo que he pinchado!, quién era?, pues sí otra vez Luis Armero, menos mal que Carlos llevaba cámara de válvula fina, porque si no..., ahí están las muestras gráficas de como actuaba el mecánico, una vez solucionado el problema por caminos hacia la parte alta de cañonda, de ahí a la senda de la peladilla 2, al empezar a subir, cambio de planes, por la senda de Jorge hacia el camino de Fuenterrobles (Carlos comenta de hacer una ruta alternativa al finalizar la de Jorge, pero nosotros oidos sordos y para abajo, me parto!), luego a la casilla de la sierra, parada, qué hacemos?, porretones o bosque y caseta, al final bosque y caseta, cogemos un poquete de carretra y empezamos la senda del bosque en el corral de la bicuerca, muy buen terreno y bajada sin complicaciones, la subida por la caseta muy bien también, camino hacia la carretera de la bicuerca, y nos dirigimos ya hacía Caudete, cogemos porretenes?, se oye por ahí, pero nadie dice nada, al final desvío hacia la rambla de las fuentecillas, y tal como dice el título, chospe, todos llenos de barro, claroooooo, de ahí con buen ritmo hacia Caudete, nos esperan Sergio, Alvaro y Enrique en los "jubis" para almorzar, Carlos se nos va, hay que ejercer, cogimos fuerzas (menudo bocata Cape!!!) y cada uno a su casa a pegarse esa ducha calentita.
PD.- Despues de un tiempo sin escribir en el blog, ahí estamos de nuevo, no es que no hubiésemos salido, pero sin querer, lo teníamos un poquete olvidado.

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